LA TRANSICIÓN DEL LIDERAZGO

LA INEVITABLE TRANSICIÓN DE LA ERA DEL LIDERAZGO BASADO EN LA IMAGEN Y EL DISCURSO, AL LIDERAZGO BASADO EN LAS ACCIONES.

Por George Montero

El liderazgo es una disciplina tan fácil como fácil es decirlo, ya que es un fenómeno que se va dando paso a paso, va de una fase a la próxima de manera automática. El verdadero liderazgo no es un producto que puede comprarse en el mercado o un objeto que puede construirse con cualquier cosa. Es el resultado de la esencia individual de un guía y un equipo (discípulos) que le siguen y apoyan en sus iniciativas.

Sin embargo, hemos presenciado por décadas, que el liderazgo se ha podido construir a través de la imagen, empleando un sistema integral de comunicación que va desde estrategias mercadológicas, publicitarias y discursiva a una práctica de la transmisión disruptiva de la imagen del individuo en cuestión.

 Ahora bién, este tipo de liderazgo que hemos vivido hasta ahora, ha sido posible gracias a varios factores inherentes a debilidades humanas, tales como la ignorancia y la escaces de recursos económicos, sostenidos siempre por una formación humana carente de los fundamentos esenciales para el buen funcionamiento del razonamiento de los ciudadanos. Por tanto, la educación, o más bién, la falta de esta, ha jugado un papel muy importante en la aceptación por la gente de este tipo de liderazgo que nos ha gobernado hasta hoy.

Si bién es cierto que la educación no es algo que sólo se obtenga en las escuelas y universidades, también es muy cierto que en el seno de las familias, dónde debe cumplirse la otra parte, a las cuales les falta las cualidades de transmisión y aplicación de una adecuada formación humana, es gracias que sus antecesores estuvieron muy limitados de recursos educacionales, y entonces estas dificultades se fueron aseverando en las siguientes generaciones de individuos de dichas familias, puesto que los padres transmiten con mucha dificultad los valores aprendidos, y así va sucediendo hasta que algunos sucesores tienen la oportunidad de educarse y entender mejor el comportamiento y el compromiso social, por lo que ahí se rompe el fino hilo que antes transmitía incompleto los deberes cívicos de esa familia, para iniciar por fin una nueva y más adecuada enseñanza de los fundamentos esenciales.

 Los centros de estudios tienen un rol importantísimo en la construcción de individuos socialmente adecuados, pero el seno familiar es el otro pilar en el que se sostiene este maravilloso puente de comunicación de valores cívicos. En ese sentido, aunque hemos venido sufriendo una lenta transformación educativa, no obstante esta transformación ha servido para quitar la venda de la ignominia de muchos ciudadanos que a su vez han servido de transmisores de sus luces a otros tantos, de manera espontanea. Así, lo que no se ha podido lograr a través de los planteles educativos, lo hemos obtenido de un individuo a otro. Esa es la razón por la cuál, por fin vemos que estamos sufriendo una transición en el liderazgo nacional, observando que el viejo liderazgo basado en la Imagen y el Discurso, ya no es tan efectivo, debido a que la ciudadanía es ahora mucho más exigente, menos dependiente mentalmente y por tanto menos absorbente de las ideas tal cual nos la intentan transmitir con el objetivo de atrapar nuestra voluntad.

 Ahora las personas son más consciente del rol que debe jugar cada líder, y por tanto, son menos propensos a caer en sus juegos de manipulación social con discursos vacios e imagen construida a fuerza de marketing publicitario. La gente de hoy quiere y exige acciones concretas a favor de la nación y sus habitantes. Tiene una idea bastante clara del comportamiento de un verdadero líder y el de uno construido con arena y agua a orillas del oceano. Esos liderazgos no tienen ningún fundamento y al venir un ventarrón, desaparecen.

Cuándo hablo de acciones concretas a favor de la gente no me refiero a que los líderes salgan a repartir bienes sociales. No, eso  es precisamente lo que han hecho los pseudo líderes hasta hoy en día. Por eso ya no vemos a ningún candidato en las calles haciendo lo que hacía en campaña. El viento se llevó ese liderazgo. ¿Se les terminaron los recursos? Claro que no. Sólo caducó su fecha de vencimiento, porque fueron líderes creados para la eventualidad del momento, para alcanzar un fin que no lograron. Por eso sabemos que no hay garantía de que ellos podrían dirigir bién la nación, ya que aún con muchos recursos, se han olvidado de los males que sufre la gente, esa misma gente que dijeron protegerían ganaran o perdieran. Muchos de ellos aún manejan recursos del pueblo, debiendo entonces continuar socorriendo a la gente, pero no lo hacen, porque ellos no son líderes, son productos creados con fines específicos. Es por eso que no pudieron engañar al pueblo, y no los apoyamos, porque estábamos muy claros del tipo de lideres que son y ahora somos más capaces de elegir, y sólo eligiremos a aquellos que entendemos poseen mejor perfil de liderazgo. Un liderazgo que represente la estabilidad social en todas sus aristas, basado en las acciones concretas a favor de la colectividad nacional. Y así, es como estamos logrando la transición de un liderazgo basado en el discurso y la imagen construida, a uno basado en la fiel respuesta a los males sociales de la nación.


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